sábado, 22 de diciembre de 2012

sábado, 8 de diciembre de 2012


LA DINASTÍA QIN

La dinastía  QIN  (chino pinyin:  Wade-GilesCh'in) gobernó China desde el 221 al206 a. C.. El nombre Qín, que tiene una pronunciación similar en castellano a "chin", es uno de los posibles orígenes de la palabra China. La unificación de China en el 221 a. C. bajo el primer emperador Qin Shi Huang, nombre que podría traducirse como "El augusto emperador fundador de los Qin", marcó los comienzos de la China imperial, periodo que duró (con ciertas interrupciones) hasta la caída de la dinastía Qing en 1912 d. C.. La dinastía Qin dejó el legado de un centralizado y burocrático estado que sería continuado en dinastías sucesivas.
                                           
El rey de Qin, Zheng, se autoproclamó "Primer emperador", una fórmula de títulos reservada anteriormente para deidades y los mitológicos gobernantes de China. Es conocido por los historiadores como Qin Shi Huang, Primer emperador de Qin. Su deseo era que los sucesivos gobernantes de china la gobernaran con los títulos de "Segundo emperador", "Tercer emperador", etc.

En el proceso de consolidación de su poder, Qin Shi Huang impuso el sistema burocrático no hereditario y centralizado del estado de Qin sobre su nuevo imperio en lugar del sistemafeudal de la anterior dinastía Zhou. El imperio de Qin se apoyaba en la filosofía del legalismo(con hábiles consejeros como Han Fei o Li Si). La centralización, obtenida a través de métodos despiadados, se enfocaba en estandarizar los códigos legales y los procedimientos burocráticos, la moneda, el sistema de escritura y los patrones de pensamiento y estudios.

Los caracteres utilizados en el antiguo estado de Qin se convirtieron en el estándar para todo el imperio. La longitud del eje de las ruedas de los carros también se unificó y las vías para vehículos  estandarizadas para facilitar el transporte a lo largo del país. Para silenciar las críticas contra el mandato imperial, el emperador expulsó o condenó a muerte a muchos estudiosos confucianos que disentían, y confiscó y quemó sus libros.
Para evitar alzamientos futuros, Qin Shi Huang ordenó confiscar las armas y almacenarlas en la capital. Con el objetivo de prever el resurgimiento de los señores feudales, también destruyó los muros y fortificaciones que habían separado previamente a los seis estados. Se ideó un servicio militar nacional: todo varón entre las edades de diecisiete y sesenta años era forzado a servir un año en el ejército.
 El engrandecimiento de Qin fue apoyado por las frecuentes expediciones militares que avanzaban por las fronteras del norte y del sur. Para repeler la intrusión de los pueblos nómadas (principalmente contra los xiongnu en el norte) las murallas de las fortificaciones construidas por los Reinos Combatientes se unieron para convertirlas en una sola; esto fue un primer precursor de la Gran Muralla China de 5000 km de largo construida posteriormente durante la dinastía Ming. Varios proyectos de obras públicas, incluyendo canales y puentes, también se emprendieron para consolidar y reforzar el mandato imperial. Una extravagante tumba para el emperador, completada con los guerreros de terracota, se construyó cerca de la capital Xiangyang, una ciudad a media hora de la moderna Xi'an. Esta actividades requerían de enormes desplazamientos de mano de obra y recursos, por no mencionar las necesarias medidas represivas.
El trabajo sin fin en los últimos años del reinado de Qin Shi Huang comenzó a provocar un descontento extendido. Sin embargo, el emperador fue capaz de mantener la estabilidad gracias a su firme control en cada aspecto de la vida de los chinos.
Durante su reinado Qin Shi Huang hizo cinco viajes de inspección por el país. Durante su último viaje con su segundo hijo Huhai  en el 210 a. C., Qin Shi Huang murió repentinamente en la prefectura de Shaqiu. Huhai, siguiendo el consejo de dos altos oficiales - el secretario imperial Li Si  y el jefe eunucoZhao Ghao  - falsificó el testamento del emperador. El falso decreto ordenaba que el primer hijo de Qin Shi Huang, el heredero Fusu, se suicidara, nombrando en su lugar a Huhai como el próximo emperador. El decreto también arrebataba la dirección de las tropas del militar Meng Tian  un fiel partidario de Fusu - y sentenciaba a la familia de Meng a muerte. Paso a paso, Zhao Ghao se apoderó del poder de Huhai, convirtiéndole, en efecto, en un emperador títere.
A los tres años de la muerte de Qin Shi Huang, las extendidas revueltas de los campesinos, presos, soldados y descendientes de los nobles de los seis Reinos Combatientes surgieron por toda China. Cheng Sheng  y Wu Guang  dos de un grupo de 900 soldados asignados para la defensa contra los Xiongnu, se convirtieron en los líderes de la primera revolución de plebeyos.
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LA DINASTÍA SUI

 Otra de las dinastía  que han formado parte de la historia de China es la dinastía Sui (581-618) siguió a las Dinastías Meridionales y Septentrionales y precedió a la dinastía Tang en China. Acabó con alrededor de cuatro siglos de gobierno de jefes militares.

Durante esta dinastía, se reconstruyó la Gran Muralla China y se empezó la construcción del Gran Canal - del cual se ha concluido 1 764 kilómetros de estrechos artificiales entre ríos. El canal ligó la parte septentrional de Pekín a la parte meridional de Hangzou y contribuyó mucho al cambio cultural y económico entre las dos áreas. El transporte por el canal jugaba también en importante papel en mantener la defensa de China.
Esto era también un período cuando budismo floreció en China, cambiando su cultura. 
Aunque la dinastía Sui fuera un período del progreso en muchos aspectos, sólo duró 38 años. La caída del imperio en 618 fue causada principalmente por una recesión económica, fracasos militares contra Corea y numerosas revueltas populares debidos por tiránicas exigencias del gobierno.

La dinastía Sui es a menudo comparada con la anterior dinastía Qin en cuanto a sus posesiones y a la crueldad de sus logros. El pronto colapso de la dinastía Sui ha sido atribuido a las tiránicas exigencias del gobierno sobre el pueblo, quienes soportaron el terrible agobio de los impuestos y la labor obligatoria. Estos recursos fueron agotados con la construcción del gran canal -un desafío de ingeniería monumental- y en el emprendimiento de otros proyectos de construcción, incluyendo la reconstrucción de la Gran Muralla China. Debilitada por costosos fracasos militares contra Corea a principios del siglo VII, la dinastía fue desintegrada a través de una combinación de revueltas populares, deslealtad y asesinatos.

Wendi (r. 581-604), un antiguo general de la dinastía Zhou del Norte, consiguió grandes logros. Entre ellos estuvo la reestructuración del gobierno para simplificar la administración interna, una revisión del código penal y numerosos proyectos de obras públicas, incluyendo la creación de un complejo sistema de canales que unía los ríos Huanghe, Huai y Yangzi. Wendi fue también partidario del Budismo, y fomentó la difusión de esta religión por todos sus dominios.

Wendi se ocupó también de proteger las fronteras de su nuevo imperio. En el norte dominaban los yuezhi, una confederación de guerreros nómadas de ascendencia turca. Los yuezhi controlaban las estepas mongolas desde Manchuria hasta el borde del Imperio Bizantino en el oeste; internamente, sin embargo, la confederación estaba sufriendo una división entre dos grupos rivales, uno controlaba la mitad oeste del territorio yuezhi, y el otro controlaba la este. Wendi ofreció su apoyo a los yuezhi occidentales, y trabajó para socavar el poder y la autoridad del khan de los yuezhi orientales. Estas maquinaciones políticas, juntamente con el reforzamiento de la Gran Muralla y un incremento en el número de tropas que patrullaban las fronteras norte, también se creó el gran canal, redujo enormemente la amenaza de ataques de los yuezhi orientales. Simultáneamente, esta política permitió también la reapertura de las rutas comerciales occidentales, y de nuevo se desarrolló una próspera relación comercial con Asia Central y Occidental.

Las divisiones del imperio Sui bajo el mandato de Yangdi.

Yangdi (568-618), que en varios aspectos fue incluso más ambiciosos que su padre. Yangdi construyó una segunda capital en Luoyang, en el este, para complementar la construida por Wendi en Chang’an. Supervisó el retorno de las regiones del sur de China al Imperio, y la anexión del reino de Champa, en Vietnam. Sin embargo, fue la ambición de Yangdi (combinada con la mala gestión financiera) lo que finalmente provocó la pérdida del Imperio. Sus intentos de entrometerse en la política interna de sus vecinos nómadas provocaron un aislamiento de la facción yuezhi occidental, que perdieron el control de las ciudades-estado de la Cuenca del Tarim, antes bajo protección Sui.

En el año 612 Yangdi inició una serie de campañas para someter al reino coreano de Koguryo, que hasta entonces se había negado a pagar tributo. Unas inundaciones desastrosas agravaron el coste de estas campañas fallidas, tanto en recursos como en vidas humanas. Pocos años más tarde estalló una rebelión por todo el Imperio, y en el año 618 Yangdi fue asesinado por sus propios colaboradores.



LA DINASTÍA MING

(Chino: pinyin: Dà Míng) fue la penúltima dinastía de China, que gobernó entre los años 1368 y 1644, tras la caída de la dinastía mogol Yuan. Algunos historiadores describen a los Ming como “una de las mayores eras de gobierno disciplinado y estabilidad social de la historia humana”. Fue la última dinastía en China gobernada por la etnia Han. Aunque Pekín, la capital Ming, cayó en 1644 en una rebelión liderada por Li Zicheng (quien estableció la Dinastía Shun que fue rápidamente sustituida por la Dinastía Qing, de origen manchú), sobrevivieron hasta 1662 algunos regímenes leales al trono Ming, conocidos comúnmente como Dinastía de los Ming del Sur.

Bajo el gobierno de los Ming se construyó una vasta flota y un extenso ejército permanente de un millón de efecivos. Aunque ya se habían llevado a cabo expediciones comerciales y diplomáticas desde China en periodos anteriores, la flota tributaria del almirante eunuco musulmán Zheng He durante el siglo XV superó a todas las demás en tamaño. Se realizaron numerosos proyectos de construcción, incluyendo el Gran Canal, la Gran Muralla y la fundación de la Ciudad Prohibida en Pekín durante el primer cuarto del siglo XV. Se estima que la población a finales del reinado de los Ming era de entre 160 y 200 millones de personas.

El Emperador Hongwu, que reinó entre 1368 y 1398, intentó crear una sociedad de comunidades rurales autosuficientes en un sistema rígido e inmóvil que no necesitasen involucrarse en la vida comercial de los centros urbanos. Su reconstrucción de la base agrícola china y la mejora de las vías de comunicación a través de un sistema de caminos militarizados tuvo el efecto inesperado de generar un gran excedente agrícola que pudo ser vendido en florecientes mercados cercanos a las vías de comunicación. La cultura rural y comercial recibió la influencia de las modas urbanas. Los escalones más altos de la sociedad, equiparados a la baja nobleza, se vieron igualmente afectados por esta nueva cultura centrada en la consumición. Alejándose de las tradiciones, las familias comerciantes comenzaron a integrarse en el seno de la administración y de la burocracia y adoptaron los rasgos culturales y las prácticas de la nobleza. Paralelo a esta evolución de la sociedad y del comercio, hubo cambios en el pensamiento filosófico, las instituciones gubernamentales y en las artes y la literatura.

Hacia el siglo XVI, la economía Ming se estimuló por el comercio con los portugueses, los somalíes, los españoles y los holandeses. China se vio envuelta en un incipiente comercio global de materiales, plantas, animales, comida y grano conocido como comercio colombino. El comercio con las potencias europeas y Japón trajo enormes cantidades de plata, lo que sustituyó al cobre y al papel moneda como el medio común de intercambio en China. Durante las últimas décadas de los Ming, el flujo de plata en China disminuyó en gran medida, minando las arcas estatales. Este daño a la economía Ming tuvo varios factores: los efectos en la agricultura de la Pequeña Edad de Hielo, desastres naturales y epidemias. El consiguiente desgaste de las autoridades y la escasez de sustento permitieron a los líderes rebeldes como Li Zicheng desafiar la autoridad de los Ming.

La dinastía Yuan (1271-1368), establecida tras la invasión mongola dirigida por Kublai Kan, precedió a la fundación de la dinastía Ming. Además de una discriminación institucional contra los Han que generó gran resentimiento, la expulsión de los Yuan se debió a los altos impuestos en las regiones, la alta inflacción] y las graves inundaciones del río Amarillo, debidos al abandono de los proyectos de irrigación. Por consecuente, la agricultura y la economía estaban arruinadas y la revuelta estalló entre los cientos de miles de agricultores que habían sido llamados a reparar los diques del río Amarillo.

Muchos grupos de Han, entre ellos los Turbantes Rojos se alzaron en rebelión en 1351. Los Turbantes Rojos estaban afiliados al Loto Blanco, una sociedad secreta budista. Zhu Yuanzhang era un agricultor pobre y un monje budista que se unió a los Turbantes Rojos en 1352 y se forjó una reputación al casarse con la hija adoptiva de un comandante rebelde.  En 1356, las fuerzas de Zhu tomaron la ciudad de Nankín, la cual se convertiría posteriormente en la capital de los Ming.
Con el desmoronamiento de la dinastía Yuan, muchos grupos rebeldes comenzaron a enfrentarse por el control del país y el derecho a establecer una nueva dinastía. En 1363, Zhu Yuanzhang eliminó a su peor enemigo, el líder de la facción rebelde Chen Youliang, en la batalla del lago Poyang en la que fuera posiblemente una de las mayores batallas navales de la historia. Gracias al uso de brulotes, los 200.000 marinos de Zhu consiguieron vencer a la flota rebelde pese a ser ésta superior en número. La victoria eliminó a la última facción rebelde, lo que dejó a Zhu Yuanzhang como dueño incontestable del rico valle del Yangtsé y le permitió afianzar su poder en el Sur. Tras la sospechosa muerte del jefe de los Turbantes Rojos cuando era un invitado de Zhu en 1367, ya no había nadie que pudiera impedir su acceso al trono e hizo públicas sus ambiciones imperiales al enviar su ejército hacia la capital Yuan Dadu (actualPekín) en 1368. El último emperador Yuan se refugió en el norte, en Shangdu y Zhu anunció la fundación de la dinastía Ming tras arrasar el palacio Yuan de Dadu. La ciudad fue renombrada como Beiping  y Zhu Yuanzhang tomó el nombre de Hongwu (Extremadamente Militar, en chino).



LA DINASTIA HAN

La dinastía Han siguió a la dinastía Qin y precedió al periodo de los Tres Reinos en China desde el 206 a. C. hasta el 220.

Durante la dinastía Han, sus reyes adoptaron las enseñanzas de los grandes filósofos de la antigüedad, Lao-Tse y Confucio. El gobierno se desarrolló bien logrando expansión territorial. Se fomentó la educación y la escritura en el recién inventado papel de arroz. Se propició gran intercambio de mercancías por la Ruta de la Seda, que va del Océano Pacífico hasta Persia e India.

Durante la dinastía Han, sus reyes adoptaron las enseñanzas de los grandes filósofos de la antigüedad, Lao-Tse y Confucio. El gobierno se desarrolló bien logrando expansión territorial. Se fomentó la educación y la escritura en el recién inventado papel de arroz. Se propició gran intercambio de mercancías por la Ruta de la Seda, que va del Océano Pacífico hasta Persia e India.
El primero de los dos periodos de la dinastía, llamado Dinastía Han Anterio o Dinastía Han Occidental que duró hasta el año 9 tuvo su capital en Chang'an.
La Dinastía Han Posterior que duró del 25 al 220 tuvo su capital en Luoyang; Los logros intelectuales, artísticos y literarios revivieron y florecieron durante la dinastía Han. El periodo Han produjo el historiador más famoso de China.

Sima Qian (145 a.C. - 87a.C.?), cuyas Memorias históricas proveen una crónica detallada desde los tiempos de la legendaria dinastía Xia a aquéllos del emperador Wu (141a.C. - 87 a. C.). Los avances tecnológicos también marcaron este periodo. Uno de los grandes inventos chinos, el papel, data de la época Han.

Sería correcto afirmar que los imperios contemporáneos de los Han y los romanos eran los mayores que existían en ese momento en el mundo conocido. Pese a que no había una relación directa entre los dos, ambos eran conscientes de la existencia del otro, y existía un vínculo comercial a través de los otros imperios que existían en Asia Central y que actuaban como intermediarios, como Partia. Era un intercambio bastante desigual; China exportaba especias, telas, y, principalmente, seda. El imperio romano únicamente podía ofrecer oro y plata a cambio, puesto que no poseían otras manufacturas de interés para los chinos. Uno de los pocos contactos directos registrados entre ambos imperios aparecen en el Hou Hanshu donde se cuenta que un convoy romano representando a Antonino Pío alcanzó la capital Luoyang y fue recibido por el emperador Huan.

La dinastía Han, que ha dado nombre al principal grupo étnico de China, "los Han", fue notable también por su poderío militar. El imperio se expandió hacia el oeste hasta llegar a la depresión de Tarim (en la actual Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Los ejércitos chinos también invadieron y se anexionaron partes del norte de Vietnam y Corea hacia el final del siglo II a. C. Pero el control por parte de los Han de las regiones periféricas era generalmente escaso. Para asegurar la paz con los poderes locales fuera de China la corte Han desarrollo un "sistema tributario" mutuamente beneficioso. A los estados no chinos se les permitía autonomía a cambio de la aceptación simbólica de la dominación Han. Los lazos tributarios se confirmaron y reforzaron a través de enlaces matrimoniales entre clases altas y los intercambios periódicos de regalos y bienes.
El nuevo imperio retuvo la mayor parte de la estructura administrativa de los Qin, pero se distanció un poco de la estructura centralizada de este último estableciendo principados con vasallos en algunas áreas por cuestiones de interés político. Después de que se estableciera la dinastía Han, el emperador Gao (Liu Bang) dividió el país en varios feudos para satisfacer a algunos de sus aliados en la guerra, aunque planeaba deshacerse de ellos una vez se hubiera consolidado su poder.

Después de su muerte, sus sucesores, desde el emperador Hui al emperador Jing, intentaron dominar China combinando métodos legalistas con las ideas filosóficas taoístas. Durante esta era "pseudo-taoísta", un gobierno estable y centralizado surgió mediante la revitalización de los sectores agrícolas y las fragmentaciones de los estados feudales después de anular la rebelión de los siete estados.

Durante el periodo taoísta, China fue capaz de mantener la paz con los Xiongnu pagando tributo y llevando a cabo acuerdos matrimoniales de princesas chinas con miembros de los Xiongnu. Durante este tiempo, el objetivo de la dinastía era librar a la sociedad de leyes duras, guerras y condiciones creadas durante la dinastía Qin, de amenazas externas de los nómadas, y de los primeros conflictos internos de la corte Han.

El emperador Wu decidió que el taoísmo ya no se adaptaba por más tiempo a China, y declaró oficialmente un estado confuciano. Sin embargo, al igual que los emperadores que le precedieron, combinó métodos legalistas con el ideal confuciano. La adopción oficial del confucianismo conllevó no solamente un sistema de selección para los servicios civiles, sino también el que los candidatos a la burocracia imperial hubieran de conocer obligatoriamente los clásicos confucianos, un requisito que duraría hasta el establecimiento de la República de China en 1912. Los estudiosos confucianos obtuvieron un estatus prominente dentro de dicho servicio civil.