¿LO BELLO ES LO BUENO?
Todo el que se le hace esta pregunta cree que
todo lo bello es bueno, pero en mi punto
de vista no lo es porque no siempre lo bello es lo bueno, hay acepciones donde lo bello
puede llegar a ser malo es decir no lo
que esperamos. También sobre esta misma pregunta la mayoría de personas
relacionan lo bello con una mujer o las mujeres lo bello con un hombre pero más
allá de todo esto la belleza no es precisamente solo sobre los seres humanos
para los griegos la belleza estaba en la
perfección, la proporción y la armonía.
Esta armonía lograron cuantificarla en
la llamada proporción Áurea o número de oro, que está inspirada por el
pitagorismo y afirma que todo el mundo real se puede reducir a proporciones
matemáticas, también mantenía la idea que el hombre era la medida ideal de
todas las cosas y por ello todo el arte griego se hace a medida del hombre y
para el hombre. Los edificios griegos y sus esculturas se hicieron tomando al
hombre como medida, para su uso y disfrute.
En Grecia, todo desde el arte hasta la
política, está inspirado de esa idea de búsqueda de la perfección, de las
medidas ideales. Será esa búsqueda la que dio lugar a la aparición del canon,
entendido como el modelo perfecto, el que posee las proporciones ideales
La
belleza nace del fruto del estudio y la observación, una belleza
racional, abstracta, un tanto fría y distante, que se basa en el mundo real
pero se somete a la corrección del hombre.
La respuesta está en la definición básica de la
belleza. La belleza clásica, la concepción de la estética que sobrevive a los
milenios, se deriva de la armonía. Sin armonía, tendemos a buscar estímulos
visuales ya sea aburridos e insulsos o caóticos y sobrecargados. Un ejemplo de
la armonía se encuentra en la simetría, una imagen que está perfectamente
equilibrada es atractiva. Los griegos estaban obsesionados con el físico
humano, que es una maravilla de la simetría perfecta. También encontramos la
armonía en los fuertes contrastes, como en la vista de un profundo valle, en el
contexto de una alta montaña.
Incluso para los menos artísticos entre nosotros,
la percepción del color ilustra esta idea. Vemos la belleza en el uso de
colores análogos, colores que son adyacentes entre sí en la rueda de colores
terciarios, un arreglo progresivo de 12 colores ordenados de acuerdo a sus
longitudes de onda. Sin embargo, también vemos la belleza de los contrastes,
sobre todo de los colores complementarios que son directamente opuestos en la
rueda de color. Ambos reflejan la armonía que une a los colores del medio, ya
sea a través de contraste o complemento, y presentan un medio visual
equilibrado.
En este contexto, podemos comprender la verdadera
guerra entre los griegos y los judíos. Mientras que los griegos entendían la
armonía en la belleza física, ellos perdieron de vista el plano espiritual. La
armonía final es la unión de los mundos espirituales y físicos. De esa manera
se crea una belleza sin igual, un efecto tan poderoso que cualquier intento de
imitarlo es un insulto a la noción de la belleza.
Los griegos comerciaban la verdadera armonía
entre el cielo y la tierra por la armonía barata entre los diferentes aspectos
del mundo físico. De hecho, la belleza física y la tentación, son a menudo los
factores que obstaculizan el paso hacia la verdadera armonía. Los griegos
abusaron de la belleza porque alardearon de algo que era sólo en el exterior hermoso
e ignoraron la búsqueda de la armonía original. Desde su perspectiva, sólo las
cosas que el hombre puede percibir y entender existen, y la armonía con algo
trascendental es imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario