sábado, 8 de septiembre de 2012

¿PORQUE LOS PERSAS NO TENÍAN ESCLAVOS Y LOS ISRAELITAS SI?


       ¿PORQUE LOS PERSAS NO TENÍAN ESCLAVOS Y LOS ISRAELITAS SI?


Según la historia los persas en su época no tenían esclavos,  cada construcción que realizaban tenían su remuneración, no eran tratados como esclavos sino como trabajadores por el cual se les pagaba.
Según la Biblia en el libro  Levítico  (Cap. 25 34- 50) habla de los esclavos  son los forasteros y al igual pueden ser sus hijos 

Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos. Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo.  No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán, para ser vuestro Dios. Y cuando tu hermano empobreciere, estando contigo, y se vendiere a ti, no le harás servir como esclavo. 

Como criado, como extranjero estará contigo; hasta el año del jubileo te servirá.  Entonces saldrá libre de tu casa; él y sus hijos consigo, y volverá a su familia, y a la posesión de sus padres se restituirá. Porque son mis siervos, los cuales saqué yo de la tierra de Egipto; no serán vendidos a manera de esclavos. No te enseñorearás de él con dureza, sino tendrás temor de tu Dios. Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión. 

Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.  Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la familia del extranjero;  después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará.  O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios alcanzaren, él mismo se rescatará.  Hará la cuenta con el que lo compró, desde el año que se vendió a él hasta el año del jubileo; y ha de apreciarse el precio de su venta conforme al número de los años, y se contará el tiempo que estuvo con él conforme al tiempo de un criado asalariado.
 


La esclavitud es una institución jurídica que conlleva a una situación personal por la cual un individuo está bajo el dominio de otro.
Si todos somos iguales a imagen y semejanza de Dios, porque aun hoy en día existe la esclavitud, no como en tiempos antiguos pero aun hay personas  esclavas de otras.

PAIRI DAEZA, PARAISO Y EL JARDIN DEL EDEN


PAIRI DAEZA, PARAISO Y EL JARDIN DEL EDEN 


La denominación de Jardín Persa remite a una tradición y a un estilo de la concepción de los jardines que tiene su origen en Persia (actual Irán). Tradicionalmente estos jardines eran “espacios cerrados”.
La palabra persa (en Avéstico) para definir “espacio cerrado” era pairi-daeza que se transmitió, en la Mitología judeo-cristiana con el nombre de Paraíso, el Jardín del Edén.

El objetivo de estos jardines era el de procurar la tranquilidad tanto espiritual como recreativa (punto de reunión de los amigos), de hecho eran, esencialmente, un paraíso en la tierra. La manera en que estos jardines se construían podía ser muy formal (haciendo prevalecer la estructura) o muy informal (centrándose en las plantas), respetando, no obstante, algunas reglas simples de concepción, con la intención de maximizar, en términos de función y emoción, todo aquello que podía ofrecer el jardín. Se estima que el origen de los jardines persas data de unos 4000 a. C. En las cerámicas de esa época se descubren los diseños en cruz, típicos de los jardines persas. El concepto persa de un jardín ideal (parecido a un paraíso), tiene su mejor representación en el Taj Mahal. Fue Babur el que introdujo el concepto de los jardines persas en la India, y el jardín Aram Bagh de Agra (actualmente abandonado) fue el primero de los numerosos jardines que él creó. 

En la Biblia, el paraíso designa originalmente al vergel donde Dios coloca a Adán tras crearlo según Génisis
Cuando Dios el Señor hizo el cielo y la tierra,  aún no había plantas ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra, ni había nadie que la trabajara. Sin embargo, de la tierra salía agua que regaba todo el terreno. Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.

Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

En Edén nacía un río que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro. El primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región de Havilá, donde hay oro.  El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice. El segundo río se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de Cus.  El tercero era el río Tigris, que es el que pasa al oriente de Asiria. Y el cuarto era el río Éufrates

La palabra Edén se suele utilizar como sinónimo del paraíso y según la Biblia el Edén era un huerto o jardín  que había existido al oriente.

PERSEPOLIS LA CIUDAD DE LOS PERSAS


PERSEPOLIS  LA CIUDAD DE LOS PERSAS

La primera capital del Imperio persa aqueménida fue Pasargada, pero hacia 512 a. C. el rey Darío I el Grande emprendió la construcción de este masivo complejo palaciego, ampliado posteriormente por su hijo Jerjes I y su nieto Artajerjes I. Mientras las capitales administrativas de los reyes aqueménidas fueron Susa, Ecbatana y Babilonia, la ciudadela de Persépolis mantuvo la función de capital ceremonial, donde se celebraban las fiestas de Año Nuevo. Construida en una región remota y montañosa, Persépolis era una residencia real poco conveniente, y era visitada principalmente en primavera.
 En 330 a. C., Alejandro Magno, en su campaña de Oriente, ocupó y saqueó Persépolis, incendiando el Palacio de Jerjes, para simbolizar quizá el fin de la guerra panhelénica de revancha contra los persas.
En 316 a. C., Persépolis era todavía la capital de Persis, una provincia del nuevo Imperio Macedónico. La ciudad decayó gradualmente durante el periodo seléucida y las épocas posteriores. En el siglo III, la cercana ciudad de Istakhr se convirtió en centro del Imperio sasánida.

Tras haber continuado la obra de Ciro II en Pasargada y paralelamente a los importantes trabajos de construcción emprendidos en Susa, Darío I decidió establecer una nueva capital; esta decisión es generalmente interpretada como una voluntad de distinguirse de la rama principal de los aqueménidas, a la que Pasargada estaba fuertemente ligada.

Eligió para eso una ciudad que ha sido identificada con Uvadaicaya (Mattezsi en babilonio). Esta ciudad debía tener ya cierta importancia política puesto que Darío hizo ejecutar a Vahyazdāta, su principal opositor persa, en 521 a. C. Por otro lado, se atestigua la presencia de palacios y de puertas monumentales que se remontan a Ciro y Cambises II, así como una tumba inacabada probablemente destinada a Cambises. Las tablillas babilonias muestran que se trataba de un centro urbano desarrollado, activo y poblado, que tenía relaciones comerciales con Babilonia, y era capaz de asegurar los medios logísticos y alimenticios para una obra de esta magnitud. Pierre Briant, historiador de la Persia aqueménida, apunta que la puesta en práctica, cronológicamente cercana, de obras importantes en Susa y Persépolis supuso la movilización de medios considerables. De hecho, estas construcciones entran en el marco de un plan global de reajuste de las residencias reales con vistas a enseñar a todos que "el advenimiento del nuevo rey marca una refundación del imperio".

Capitales aqueménidas.
Darío eligió como emplazamiento para su nueva construcción la parte baja de la formación rocosa del Kuh-e Rahmat, que se convirtió así en el símbolo de la dinastía aqueménida. Hizo erigir la terraza, los palacios (Apadana, Tachara), las salas del Tesoro, así como las murallas. Es difícil datar con precisión la construcción de cada monumento. La única indicación irrefutable es suministrada por las tablillas encontradas en el sitio que atestiguan la existencia de actividad constructiva al menos desde 509 a. C.

Es muy interesante conocer que al contrario de otras construcciones monumentales antiguas, griegas o romanas, la construcción de Persépolis no se llevó a cabo con mano de obra esclava, sino que trabajaron en ella obreros provenientes de todos los países del imperio: Babilonia, Caria, Jonia, o Egipto.
Persépolis es conocida cono uno de los imperios más importantes de la época antigua,  fue destruida según la historia incendiada por Alejandro Magno  y  aun se conserva los restos de esta ciudad  uno de los imperios más importantes de la historia.





CIRO EL GRANDE


CIRO EL GRANDE


Rey de Persia y fundador del imperio persa  Aqueménida. Sus conquistas  se extendieron sobre Media, Lidia y Babilonia, desde el mar Mediterráneo  hasta la cordillera del Hindy Kush, creando así el mayor  imperio conocido hasta ese momento. El imperio fundado por Ciro mantuvo su existencia durante más de doscientos años, hasta su conquista final por Alejandro.

En  550 a.C. se puso al frente de una rebelión de los persas contra los medos, en la cual triunfó gracias a la poca fidelidad de las tropas que seguían al medo. 

Esta  victoria no significó la supresión de los medos, sino que, como el propio Ciro se encargó de demostrar al perdonar a  Astiages, la ascensión de los Aqueménidas sirvió para fortalecer la unión de ambos pueblos. Esta política de integración se convirtió en uno de los referentes principales de su política exterior, junto con su tolerancia religiosa.

Una vez asegurada su posición en la meseta del Elam, se dispuso a continuar con su expansión territorial, marchando sobre el reino de los lidios en Anatolia. Tras perseguir al rey de los lidios, Creso, hasta la Anatolia Occidental, lo volvió a derrotar en el «Campo de Ciro» y lo capturó al conquistar Sardes, la capital lidia.

Una vez asegurada Anatolia, Ciro puso sus ojos en Babilonia, regida por el rey Nabónido. Aprovechando hábilmente la situación de debilidad de los neos babilonios, y la crisis religiosa que enfrentaba al rey con el influyente culto al dios Marduk, la deidad de la ciudad, logró llevar a cabo una rápida campaña que acabó con la sumisión de la antaño poderosa ciudad de Mesopotamia (539 a.C.).

Entre las disposiciones de Ciro hay que destacar la liberación de los judíos y la orden de reconstrucción del templo de Jerusalén. El gran prestigio que estas conquistas le granjearon hizo que la mayoría de los reyes de Siria, junto con las ciudades fenicias, le rindiesen vasallaje, con lo que los persas consiguieron los servicios de las flotas de éstas. En el 530 a.C., emprendió una campaña contra los masagetas en el norte de su reino, en el curso de la cual encontró la muerte.